Reflexología: Un mapa del cuerpo en los pies

La reflexología, una de las vías de medicina alternativa más importantes, tiene raíces orientales muy antiguas.


Los inicios científicos

Los primeros desarrollos de la reflexología como ciencia surgieron a inicios del siglo pasado, gracias a los esfuerzos de los estudiosos Eunice Ingham y William Fitzgerald. Fue precisamente este último quien concibió la idea de que el cuerpo puede visualizarse como cruzado por una decena de meridianos, mismos que segmentan el organismo en sendas parcelas de tratamiento. La manera de abordar estos espacios de vinculación corporal es el masajeo de manos y pies, según el hallazgo de estos médicos. Fue Eunice Ingham, una profesional del masaje, quien apoyándose en los mapas corporales elaborados por Joseph Shelby Riley, orientó la idea de Fitzgerald hasta niveles de aprovechamiento insospechados.

La meta de la reflexología

El propósito principal de la reflexología moderna es generar una sana respuesta de las distintas partes del cuerpo por medio de la estimulación calculada de las fuentes de microreflejos, en este caso, los pies, las manos y los oídos. Al final lo que se busca es devolver al cuerpo la armonía que le es inherente, misma que se traduce en bienestar y una vida sana. De acuerdo a los cánones de la reflexología, los pies se encuentran divididos en secciones que abarcan el conjunto de los órganos del cuerpo. Dentro de los beneficios que pueden alcanzarse por medio de la reflexología se pueden mencionar: la depuración de toxinas, alivio de dolor en varias partes del cuerpo y disminución del riesgo de padecer delicadas enfermedades.

¿Cómo realizarnos reflexología?

Las terapias de reflexología pueden realizarse por cuenta propia. Lo primero es quitarse calcetines y zapatos. A continuación debe colocarse en una posición cómoda, dándole apoyo a la espalda sobre varios almohadones. Es de gran ayuda para el éxito de estas terapias poner música e iluminación suaves, a fin de generar una atmósfera apacible. Todo adorno corporal cercano a las áreas del cuerpo a tratar, como por ejemplo, anillos o pulseras, debe ser retirado durante todo el tiempo que se prolongue la sesión. Lo que sigue es lavar muy bien las manos y comenzar el masaje en las extremidades inferiores sirviéndose de un aceite o crema con propiedades de aromoterapia.

Un tratamiento grato y efectivo

El masaje debe de efectuarse en ambos pies incluyendo los dedos. El procedimiento debe fundamentarse en una delicada presión con el pulgar en movimientos circulares. Es importante que comiencen justo en el centro de la planta del pie y desde allí avancen con calma hasta la zona donde puede efectuarse finalmente la curación. Los masajes no deben generar dolor alguno pues de lo contrario es una señal de que la técnica utilizada no es la adecuada o no está siendo realizada con pericia. El masaje debe de prolongarse de acuerdo a la gravedad del mal que se intente combatir. Si lo que se busca es una relajación convencional, el tratamiento habitualmente dura una hora, repartida entre media hora de masaje para cada pie. Si este es el caso, el masaje debe recorrer cada uno de los dedos del pie, comenzando desde el pequeño.

Si el propósito del masaje es enteramente terapéutico, debe evitarse por completo una estimulación excesiva. En este caso el masaje no debe de rebasar los quince minutos para cada pie. Se debe dar masaje en el punto exacto para lograr la curación, durante algunos minutos, para luego extender el masajeo a otras partes del pie y finalmente retornar al punto inicial.

En la reflexología a cada enfermedad, corresponde una zona a tratar. Por ejemplo, si se trata de curar la gripe, el masaje se debe realizar masaje en la zona de la cabeza, garganta, ojos y oídos. Si es diarrea el problema, la parte a tratar es el colón y el estómago; en caso de malestares menstruales, la curación es en la zona de los ovarios y por último, si se presenta fiebre el masaje debe llevarse a cabo en la cabeza