martes, 12 de octubre de 2010

Vegetaciones



Las adenoides o vegetaciones están situadas justo detrás de la nariz, en el interior de la cara. Cuando éstas crecen más de lo que deberían es cuando provocan síntomas y se dice que el paciente “tiene vegetaciones”. En realidad, todos los niños pequeños (que son los que suelen sufrir esta patología) tienen adenoides, pero cuando comienzan a experimentar síntomas es cuando se producen los problemas



El aumento excesivo de las vegetaciones puede surgir de forma natural, comenzando normalmente en el desarrollo fetal, o puede desarrollarse en el periodo escolar debido a infecciones repetidas de las vías respiratorias a causa de enfermedades como los catarros o los resfriados



Prevención


Los síntomas que presenta esta patología están asociados a la obstrucción del paso del aire por la nariz:
    
·                 Respirar con la boca abierta (especialmente por la noche)
    
·                 Sequedad de la boca
    
·                 Ronquidos durante el sueño
    
·                 Rinolalia, hablando como si la nariz estuviera obstruida
    
·                 Mal aliento al despertar por la mañana
    
·                 Congestión nasal, con mucosidades permanentes en la nariz
    
·                 Infecciones del oído frecuentes
    
·                 Apnea del sueño intermitente (pausas sin respirar mientras se duerme)


Diagnósticos

Las adenoides, debido al lugar donde están situadas, no pueden verse de manera directa mirando la garganta. Lo recomendable es un examen físico para verificar que el tamaño de éstas ha aumentado. También se puede realizar una radiografía lateral de la faringe para evaluar el tamaño que han alcanzado las vegetaciones. En los casos más graves es conveniente hacer una prueba de sueño para estimar la intensidad de los episodios de apnea


Tratamientos

Cuando se presenta un caso de vegetaciones se puede tratar al paciente con antibióticos para tratar la infección en las amígdalas, adenoides y senos paranasales. Sin embargo, y por lo general, lo recomendable suele ser la extirpación quirúrgica de las glándulas adenoides junto con la extracción de las amígdalas. Esto evita complicaciones futuras. La operación se produce cuando el paciente está totalmente dormido, con anestesia general, y un pequeño instrumento que mantiene la boca abierta. Algunos profesionales prefieren cauterizar las vegetaciones en vez de extirparlas, controlando el sangrado con apósitos

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